martes, 21 de febrero de 2012

Y sobrevivir con las manos abiertas - Ricardo Chávez Castañeda

En la entrada anterior mencioné que había terminado con el "Maratón del Crack". Mentí, pues tenía que hincarle el diente a este libro de uno de mis escritores favoritos, Chávez Castañeda, quien es parte del mismo movimiento que los más recientes autores aquí reseñados.
Habrá quienes se pregunten cómo es que el creador de libros tan inocentes, luminosos, livianos (en el buen sentido) y llenos de amor, como "Fernanda y los mundos secretos"; pueda ofrecer también una obra como la que motiva este escrito, con la violencia, el dolor y las más asfixiantes tinieblas como centro. A mí no me extraña en absoluto: se trata de dos caras de la misma moneda, pero mientras que una regala esperanza y parte de la pureza en busca de nuevos caminos, la otra señala las consecuencias extremas de esos caminos cerrados. Esta aparente contrariedad refleja una sensibilidad abrumadora.
No cabe duda que Chávez Castañeda piensa sus obras, las planea con paciencia y buen tino. Seguramente una vez que identifica el tema considera todos sus recovecos y posibilidades, sus efectos y situaciones. Y por esto y la sensibilidad antes mencionada, además de una inteligencia aguda, este narrador provee a quienes lo leemos derroteros que no dan espacio a la ambiguedad o la tibieza. Historias originales y bien contadas. Por ejemplo las de los fines del mundo, quienes los sobreviven y quienes no, quienes los discuten y quienes los estudian genealógicamente. Por ejemplo villas inglesas que llevan a cabo una suerte de juego de fútbol desalmado, ejércitos que matan el futuro de una ciudad entera, en el momento menos esperado.
Ojalá Chávez Castañeda escriba cien libros más y yo pueda leerlos.

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